Santo Domingo. – En su participación en la reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 24 de enero, el canciller dominicano, Roberto Álvarez, advirtió que la situación de inseguridad que se vive en Haití no solo amenaza a los haitianos, sino también a la seguridad nacional de la República Dominicana.
“La gobernanza de una frontera de esta naturaleza resulta prácticamente inmanejable cuando uno de los dos lados está imposibilitado de garantizar el imperio de la ley. También se presenta el reto del suministro de servicios básicos a la población migrante irregular y su impacto en las políticas sociales del Estado dominicano”, enfatizó.
En ese mismo sentido, Álvarez resaltó otros problemas fronterizos, como la trata de personas, tráfico de armas y de sustancias ilícitas; así como el contrabando de mercancías, flagelos que Gobierno dominicano combate a capa y espada, con ayuda de sus socios internacionales, pero bajo condiciones cada día más difíciles.
Hizo hincapié en que, pese a las disposiciones del Consejo de Seguridad sobre la situación en Haití, la principal demanda de las autoridades haitianas, avalada por el secretario general, es el despliegue de una fuerza robusta de asistencia a su Policía Nacional para eliminar la violencia espantosa que afecta ese país, que aún permanece sin una hoja de ruta clara.
Aclaró que esta realidad no está motivada por una actitud anti-inmigrante, ya que República Dominicana es un país emisor de migrantes, pero explicó que cuando el flujo de personas no ocurre dentro de los cauces legales, de manera ordenada y segura, esta implica riesgos políticos, sociales, económicos y de seguridad, y resulta difícil garantizar los derechos correspondientes.
En ese orden, dijo que el Gobierno dominicano está compelido a tomar las medidas necesarias para frenar el impacto que la violencia y el deterioro institucional de Haití pueda tener sobre territorio dominicano.
“Nuestro país es solidario y respetuoso del derecho internacional, y más aun siendo Haití un país amigo con el que nos une un tratado de paz y amistad perpetua” garantizó.
Agregó que las autoridades dominicanas “lo hemos repetido innumerables veces: estamos dispuestos a seguir jugando un rol de buena vecindad; pero nuestro involucramiento sería muy distinto si existiera el apoyo concreto de la comunidad internacional para restaurar la paz y la seguridad en Haití”.
En esta reunión, el canciller estuvo acompañado del embajador representante permanente de República Dominicana ante las Naciones Unidas, José Blanco; y los consejeros de esta misión diplomática, Claudia Mansfield y Radhafil Rodríguez.
